QUE PREFIERES LA DUCHA CON AGUA CALIENTE O FRÍA. CÓMO ELEGIR LA MEJOR OPCIÓN

Siempre se habló que la ducha caliente no es buena, que la mejor opción es darse una ducha bien fría.  Pero no siempre es cierto. Cada opción tiene unos beneficios según el efecto que se pretende conseguir, por ejemplo, relajarse, para ello la mejor opción es una ducha calentita.

La ducha es una  de nuestras muchas rutinas diarias y cuando vamos a abrir el grifo tenemos que saber qué temperatura nos es más apropiada según la sensación que y efecto deseado.

Cuando elegir una ducha con agua caliente, cuando la temperatura oscila entre 34 y 38 grados centígrados. Esta temperatura nos puede sentar muy bien para por ejemplo, relajar los músculos y aliviar los dolores musculares, disminuir la tensión, combatir las migrañas y el insomnio, limpiar la piel, abrir los poros, reducir la ansiedad, eliminar las toxinas, descongestionar las vías respiratorias.

¿Cuándo nos beneficia elegir el agua fría a la hora de darnos un baño?

Se ha descubierto que ducharse la gente que se ducha con el agua helada, tienen casi un 30 por ciento menos de enfermedades, entre ellos los resfriados.

Otro beneficio del que se habla es que ayuda a adelgazar porque actúa sobre nuestro metabolismo, no estamos diciendo con esto que se pierden los kilos de más por sumergirte en agua fría, sino que cuando nuestro cuerpo tiene la sensación de frío, el metabolismo quema calorías para aumentar la temperatura corporal.

Ya en la época de la Antigüedad Clásica los médicos usaban el agua fría para la hidroterapia, en la que sumergían a los enfermos en aguas a muy bajas temperaturas para mejorar muchas de las afecciones que padecían.

El agua fría activa y acelera el metabolismo, haciendo que necesite más energía para quemar las calorías necesarias para regular la temperatura.

Entre los soldados estadounidenses se decía que aunque fuera lo más parecido a una tortura, era una buena terapia para mantenerte sano, reduciendo la inflamación de las articulaciones, y les permitía seguir adelante.

Duchas de agua fría vs duchas de agua caliente (EXPLICADO) - YouTube

Un estudio confirma que esas duchas de agua caliente, terminadas en agua fría por las mañanas afectaban en la productividad en un casi 30 por ciento menos de bajas por enfermedad. Pero no era porque enfermaran menos, sino porque sus cuerpos se acostumbraron más a la sensación de malestar, que experimentaban todas las mañanas con el final de estas duchas. En el estudio también se comprobó que mostraban un mayor nivel de energía día tras día.

¿Por qué? Las investigaciones le dan como respuesta a que podía deberse a que estaban más acostumbrados a experimentar una sensación de malestar corporal. Además, los participantes que se daban una  ducha con el agua fría solían mostrar mayores niveles de energía en su día a día.

El agua fría también es beneficioso para estimular las defensas, aumenta el estado de Alarma, nos despeja la mente y la resaca, estimula las hormonas que trabajan contra el estado de depresión, reduce las inflamaciones y físicamente evita que se nos caiga el pelo y reafirma la piel.

En los meses invernales es un acto de valentía conseguir acabar una ducha con el agua fría, pero cada vez hay más tendencia a acabarlas así.