LAS CURIOSIDADES DE LA VIDA PERSONAL DE ALBERT EINSTEIN

Albert Einstein todos lo conocemos por sus aportaciones a la física durante el siglo XX.

Pero en cambio pocos conocen cómo era la vida personal del genio. Era un hombre completamente aislado y aunque todo el mundo lo conocía, pocos sabían realmente  lo conocía bien.

 Una afición muy desconocida de su vida personal, era que tocaba el violín. A la edad temprana de seis años se inició con sus clases, llegó a decir que de no haberse convertido en científico, se habría sido músico.

 Cuando Einstein viajaba, llevaba su violín, al que le había puesto el nombre de Lina. Le gustaba tantísimo que buscaba la oportunidad para tocar, ya fuera con sus amigos científicos, con sus vecinos o con el que se ofreciera.

Einstein no conducía ni tenía coche propio, tenía un chófer.

Como este le llevaba de conferencia en conferencia, una noche decidieron cambiarse de puesto. El chófer se sabía de memoria sus conferencias de oírselas tantas veces y el físico estaba aburrido de tanto repetirse, así que se cambiaron de ropa y los roles durante una noche. La gente conocía las teorías del científico, pero desconocían su aspecto físico.  

Al final de la gran exposición que hizo el impostor, un profesor asistente le hizo una pregunta en el auditorio que el chófer desconocía la respuesta. Como no sabía qué contestar,expuso a la sala: la pregunta es tan sencilla que dejaré que mi chófer se la responda. 

Siete frases de Albert Einstein para el mundo de los negocios

Se casó y  tuvo 2 hijos. Su primera mujer se llamaba Milena Marcic. Un matrimonio poco avenido que duró 16 años. Desesperado por conseguir el divorcio le ofreció el dinero que le concedieron con el Premio Novel de Física.

Tras su divorcio en 1919, contrajo matrimonio con su prima Elsa Lowenthal. Se casó con ella, después de que la hija de Elsa, su sobrina, lo rechazara.

En esta nueva relación no tuvo descendencia. Pero fue tan infiel durante este, que se le conocen seis amantes que según él mismo contaba, le colmaban de un cariño no buscado.

No le gustaba nada la ciencia ficción porque a su entender emborrona el entendimiento que se tiene de la ciencia, les muestra una ilusión falsa sobre cosas imposibles.

  En 1939, envió una carta alertando al presidente de los Estados Unidos alertando de que los alemanes tenían intenciones de crear la bomba atómica, y ofreciéndose a él mismo para construirla para los estadounidenses.

El presidente estadounidense rechazó la ayuda de Einstein, y le mandó su respuesta tras haberse iniciado ya la Segunda Guerra Mundial en Europa.

Tras este acontecimiento, se arrepintió y declaró que si hubiera sabido el efecto que iba a causar a la humanidad, jamás hubiera escrito esa carta. Se consideraba pacifista y el asesinato al ser humano le inspiraba disgusto.

Como era judío, sufrió muchos intentos de desprestigiar sus investigaciones. Incluso fue acusado de traición y quemando todos sus libros en la hoguera por los nazis, al aceptar un trabajo en Estados Unidos.

 En 1932 durante el reinado naci, abandonó Alemania para irse a vivir a los Estados Unidos, evitando así el ser perseguido por ser judío.

 Otra curiosidad del gran genio era que no quería perder el tiempo que conlleva decidir que ponerse cada día, por lo que empezó a vestirse únicamente con trajes de color gris. Esta tradición fue adoptada posteriormente por otras grandes figuras, como Mark Zuckerberg y Steve Jobs.

Tampoco utilizaba calcetines, para él que eran totalmente innecesarios, solo producían agujeros.

Pudo haber sido el segundo presidente de Israel tras la muerte del primero, por ser considerado el mejor judío vivo y que su experiencia en matemáticas habría sido muy útil para el estado.

Rechazo el cargo alegando que con su edad no podía asumir tanta responsabilidad.

 Cuando el 18 de abril del año 1955 murió, su cuerpo y su cerebro fueron separados, con el objetivo del estudio de su genialidad. El patólogo que realizó la autopsia, robó su cerebro y tardó 43 años en devolverlo.