EL ESCALOFRIANTE MISTERIO DE LAS GEMELAS SILENCIOSAS

Las conocidas popularmente por las gemelas silenciosas, Jennifer y June nacieron el 11 de abril de 1963, la isla de Barbados, en el Caribe, en el seno de la familia Gibbons.

Con solo diez minutos de diferencia de edad, estas chicas eran inseparables, crearon un vínculo irrompible entre ellas, la gente decía que hasta hablaban y actuaban exactamente igual.

A los pocos años, al padre de ambas que trabajaba para la fuerza Aérea real británica como técnico, lo destinaron  a Gales, donde había muy pocos emigrantes y quedando un poco aislados de la sociedad que les rodeaba, ese viaje los dejaría marcadas para toda la vida.

Cuando alcanzaron la edad para ir al colegio, su comportamiento ya resultaba de lo mas extraño, la cosa empeoró. Un escenario en la época de los 60 y en él, dos jovencitas negras en una ciudad de gente blanca. Sufrieron acoso escolar durante las clases y el recreo, hasta el punto de que decidieron solo comunicarse entre ellas y emplear una jerga que solo ellas entendía. Su relación se volvió más extraña aún y provocó el aislamiento por completo con el resto del mundo.

Era tal el sufrimiento de las niñas que tenían que salir de clase antes de tiempo para no cruzarse con sus compañeros a la salida de colegio y seguir sufriendo las burlas.

Mientras su lenguaje seguía transformándose, volviéndose más inentendible para el resto de la gente, hasta que llegaron a dejar de comunicarse con sus padres, sólo mantenían un poco de diálogo con su hermana pequeña llamada Rose, que era el único vínculo que les quedaba con la realidad.

Las gemelas que crearon su propio lenguaje y cometieron atroces ...

Cerradas y calladas para el resto del mundo, con una relación tan estrecha y enfermiza se fusionaron en una.

Se desconectaron del resto del mundo, se les solía comparar con zombis por su comportamiento. Ambas actuaban de la misma manera, como si estuvieran sometidas a algún tipo de posesión y casi no se les podía distinguir. Si una se caía, la otra se tiraba también.

Los médicos y psicólogos se interesaron mucho en estudiar este ensimismamiento, querían conseguir su confianza para poder analizarlas mejor, pero nunca lo consiguieron.

En su adolescencia, con 14 años, fueron enviadas a distintas escuelas, con la intención de desarrollar su sociabilidad, pero consiguieron el efecto contrario, cuando estaban separadas entraban en un estado catatónico.

Al no haber podido separarlas y se imposible la comunicación con ellas, las chicas tuvieron que quedarse en casa, a penas salían de su habitación. Sus padres les impulsaron para que mostraran algo de interés por la literatura y las apuntaron a un curso de escritura creativa. Parecía que cuando escribían era el único momento donde se guardaban un poco la distancia. Escribían textos tétricos y oscuros, donde solían salir temas de violencia, sexo y sangre.

Tras fracasar en el intento de ambas de que les publicaran sus textos, decidieron editar ellas mismas sus libros.

Aunque todo el que las observaba podía pensar que se llevaban de maravilla, en sus diarios plasmaban sus auténticos sentimientos.

June aunque era la mayor mostraba sentimientos de envidia hacia su hermana, escribió cosas muy siniestras hacia ella como que veía una asesina en los ojos de su hermana que le hacían tenerle mucho miedo, que ella causaba a su hermana la locura. Que nadie sufría como ella, que era su único tormento, una sombra que rondaba su luz….

Jennifer, consideraba a su hermana mayor una persona más capacitada: más fuerte, más inteligente, más imaginativa…

Esta relación parecía basarse en el mutuo desprecio sumado al miedo a que una matase a la otra, Jennifer escribió en su diario que se consideraban enemigas mortales. Escribió que sentían los rayos mortales molestos que espedian sus cuerpos, golpeándole. Si sería capaz de deshacerse de su oscura sombra y si lo obtuviera, que sería de ella, ¿se moriría o conseguiría la libertad?

Al no lograr el éxito deseado con la literatura, optaron por llamar la atención cometiendo actos de vandalismo.

Provocaban incendios y robaban, con lo que las autoridades las consideraron un peligro para la sociedad y las recluyeron en un centro psiquiátrico de alta seguridad.

Se les diagnosticó con esquizofrenia y las bautizaron con el nombre de las gemelas silenciosas. La medicación que les daban no las hizo cambiar de hábitos.

Durante los 11 años que estuvieron ingresada, empezaron a pensar que una de las dos tendría que quitarse la vida para liberar a la otra.

Pasaron muchos años hasta que las gemelas dieran el paso de esclarecer algo de contacto con los enfermos del hospital.

Pactaron que debía de ser Jennifer la que debía liberar a June.

A la edad de 29 años , La vida de Jennifer se apagó, causado por una Miocarditis aguda, una inflamación letal  del corazón.

 June Gibbons, sufrió una transformación increíble, hoy vive en su casa como cualquier otra persona normal, sin necesidad de asistencia psiquiátrica, cerca de sus padres y es capaz de hablar y relacionarse con su entorno. Se siente totalmente liberada.