El bulling alimenticio no es nada nuevo, las fobias a estar gordo o flaco se están haciéndose más eco estos días a causa del encierro y aislamiento por el coronavirus, ya que las redes sociales lo potencian.
La gente se ha encontrado con las redes sociales como su única ventana al exterior y éstas se han plagado de memes haciendo alusión del estado físico con el que la gente iba a salir después de tantos días de cuarentena, un daño mayor para la gente que tiene la imagen de su cuerpo distorsionada.
Todos nos hemos encontrado con una nueva situación, aislados, con un contacto exclusivamente virtual, con una actividad física mermada y reencontrándonos con nosotros mismos.
A través de internet se pueden encontrar salidas para el entretenimiento y el contacto social, pero puede también ser una base para el bulling, es fácil criticar y hacer burlas sin importar el efecto que le puede provocar al que está al otro lado de la pantalla.
La discriminación que sufren las personas con trastornos alimenticios les acentúa afecciones en su salud ya que las opiniones ajenas e incluso familiares pueden hacer que decaigan, más allá del cuerpo y la ingesta.
La tendencia a este desorden tiende a aumentar estos días, no hay conciencia real del impacto que les pueden provocar a las personas que lo están padeciendo o con cierta vulnerabilidad a tener estas patologías.
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Las personas que sean vulnerables, se verán atraídas a buscar cuentas que ofrecen respuestas y soluciones milagrosas, promotoras de hábitos dañinos o que destruyen la imagen de algunos alimentos.
Se necesitaría poder filtrar mejor toda esta información que está al alcance de cualquiera, porque si trastornamos nuestra alimentación, nos puede llegar a afectar en la salud mental y física.
La persona que se esconde detrás de una mala conducta alimenticia hay un desorden mental grave y más complejo que afectará en la vida diaria de la persona.
Este trastorno suele darse mas casos en mujeres, pero cada vez se observa más en hombres.
Mucha gente intenta encontrar dentro de las redes sociales otras personas que sufran la misma situación, que inconscientemente pueden estar empeorando su propio estado, ya que la mala información de personas no profesionales puede causar efectos nefastos.
Lo más recomendable es conseguir un buen hábito de comida sana, nada de dietas milagro y tampoco es necesario eliminar ningún producto alimenticio si no es dañino para nuestro organismo. Con tanto tiempo libre que nos a ofrecido este encierro es el momento de ponerse a cocinar de forma saludable, coger conciencia de lo que se ingesta y armonizar todas las comidas. No hay que privarse pero tampoco hay que excederse.
Es también muy importante que, si no puedes manejarte bien para adaptarte a esta situación familiar ocasionada por el periodo de confinamiento, reconoce tus propias limitaciones y pasa el testigo a algún familiar antes de perder el control.
Es normal que está situación aparezcan propuestas tentaciones que te esté causando estrés y ansiedad, no te alarmes y piensa en el lema del momento.
De esta salimos todos juntos.