La mayoría de la gente anhela enamorarse y encontrar un vínculo sincero y profundo con otra persona, y cuando lo encuentran, les produce una infinita felicidad.
A un grupo de individuos esto les puede resultar un panorama aterrador.
El pensar en tener una relación amorosa les hace sentirse inquietos y lejos de esa felicidad, les provoca ansiedad, estrés y mucho miedo, tanto, que evitan a toda costa cualquier invitación para no verse comprometidos.
El miedo a mantener relaciones íntimas y enamorarse existe y se llama filofobia.
Las personas que padecen filofobia sufren una sensación similar hacia el amor comparable a los que sienten al estar al lado de un acantilado, una persona con fobia a la altura.
Tienen un enorme deseo de huir de la situaciones amorosas, junto con una gran ansiedad.
En los casos más graves, pueden llegar a padecer síntomas físicos entre los que se pueden encontrar las náuseas, taquicardias, mareos, sudoración excesiva o incluso ataques de pánico.
Puede ser el resultado de un trauma antiguo que no ha podido afrontar correctamente.
No significa que la persona no quiera sentirse amada, en su interior es lo que más desearía, pero el miedo que siente a sufrir y ser dañado en el proceso vence a ese ansiado deseo.
Una experiencia traumática como puede ser un maltrato, abandono o una traición anterior, o haber sido criado en el seno de una familia sin cariño o llena de rechazo, puede haber alimentado esta barrera emocional bloqueando la posibilidad de sentir el placer del amor y no dejar fluir los auténticos sentimientos por el panico a volver a encontrarse en una situación similar.
Una persona con filofibia suele mostrar una serie de comportamientos que suelen ser habituales.
Cuando se percatan de que la relación se hace más cercana, inconscientemente empiezan a alejarse, a huir de esa persona, evitan quedar con esa persona y le dan un trato de indiferencia.
Buscan y encuentran defectos en la otra persona que están conociendo y se centran en ellos.
Buscan personas con la que no tener ningún tipo de afinidad, así se convencen de que el amor no es para ellos.
Para convencerse a sí mismo de que realmente quieren ser amados, se enamoran de personas fuera de su alcance, personas imposibles.
Buscan crear peleas, discusiones y conflictos con su pareja para conseguir que sea el otro el que tome la decisión de dejar la relación.
Buscan excusas para no llegar a conocer a la otra persona, que tienen mucho trabajo y les impide reunirse, que les gusta pasar más tiempo con sus amigos o que no tienen ningún interés en conocer a nadie.
Es muy complicado a la vez doloroso amar a una persona con esta fobia, ya que es muy probable que huya.
Si no son conscientes y no toman remedio pueden terminar viviendo solos, aislados y frustrados.
Afortunadamente esta actitud se puede revertir y llegar a disfrutar de las relaciones afectivas con otras personas.
El primer paso como siempre, es aceptar lo que esta ocurriendo, buscar cual fue la causa que generó esta fobia y darse cuenta de cómo nos está afectando.
Procesar el vacío, el daño y sanar todas las heridas emocionales.
Darse cuenta que aunque en tu pasado fuiste herido, eso no tiene por qué ser así en el futuro.
Coger fuerza y tirar para adelante, que sin amor no se puede vivir.